25 años hacía que no había una boda en la iglesia de Azuara, un acontecimiento de ese calibre se merecía una buena fiesta, y así fue.
A María la conozco desde que tengo uso de razón, aunque no hemos ido juntos a clase, si que hemos pasado muchos momentos por las calles de Azuara. A Miguel no recuerdo en que momento lo conocí pero eso quiere decir que hace muchos años.
Tener esa confianza a la hora de fotografiar es un plus importante, los novios están mucho más tranquilos y eso se nota en las fotografías. María se relajo tanto que aveces le tenía que recordar que mirara a la cámara.
Desde aquí les deseo todo lo mejor.
También podéis ver su sesión de preboda.