Desde ya tengo un nuevo modelo de álbum para las bodas y no os imagináis las ganas que le tenía.

Aunque en los últimos años los álbumes de boda han cambiado mucho, ya encontramos bastante lejano esos álbumes que llevaban las fotografías pegadas a las hojas (todavía se hace alguno, y molan mucho). Se puede decir que en la actualidad se está trabajando la forma y maquetación de los álbumes bastante bien. Se encuentran muchos álbumes con narrativas bien pensada así como con diseños que podrían haber salido de diseñadores y no tanto de fotógrafos.

En estos años de cambio siempre he intentado trabajar lo mejor posible dentro de lo que el mundo de la fotografía de bodas marcaba, pero nunca me he sentido libre. Comparaba los álbumes de boda con los fotolibros (libros creados por fotógrafos en los que se utiliza principalmente la imagen para transmitir una idea) y en estos encontraba una libertad constructiva que echaba de menos en cada álbum que hacía.

Con este álbum he querido darme esa libertad, soy consciente de que no es un álbum para todo el público pero quizá haya un público que con este encuentre su álbum. Por supuesto seguiré trabajando con los álbumes clásicos poniéndoles el mismo amor que hasta ahora.

Como veréis en las fotografías de más abajo es un álbum con encuadernación en tela o lino con un tamaño de 25 x 34cm para los novios y de 21 x 27cm para los padrinos.

Su interior está formado por 170 páginas impresas en offset digital en un papel estucado brillo de 200g/m2 que en este caso me ha permitido meter 220 fotografías.

170 páginas son bastantes más de las que puedes encontrar en la mayoría de los álbumes de boda, pero son las hojas que necesitaba para crear una narrativa de la boda con este tipo de maquetación tan especial. En el interior podréis ver páginas en blanco que ayudan a la lectura y le dan otro ritmo. También podréis encontrar fotografías que el pasar de las hojas amplía su significado. Y muchos otros detalles que irán cobrando sentido tras cada visionado.

El formato elegido es el vertical, me permite realizar una maquetación más juguetona así como crear una lectura más dinámica y alegre.

Todo esto de lo que os he estado hablando está impreso y encuadernado en Improlab, un buen laboratorio de Zaragoza con el que realizo todos mis álbumes permitiéndome de esta forma apostar por el comercio de proximidad.